viernes, 2 de abril de 2010

Surgimiento de los sistemas totalitarios

Al término de la guerra las economías europeas se vieron seriamente afectadas con la destrucción de campos, industrias, ciudades y caminos. Muchos países estaban endeudados, pues habían solicitado préstamos durante la guerra. Las industrias militares habían que cerrarlas o convertirlas en industrias de producción de bienes, pero esto requería de capitales. La población padecía desempleo, hambre, miseria y se manifestaba de manera violenta o se incorporaba a los partidos socialistas.
Los gobiernos no tuvieron la capacidad de solventar esta problemática y el pueblo los culpaba, por lo que comenzaba a desconfiar de las instituciones democráticas liberales.
Ante esta crisis, surgieron partidos políticos de corte nacionalista que propusieron mejorar la situación económica, el pueblo los apoyó y consiguieron tomar el poder estableciendo gobiernos totalitarios.

El Fascismo en Italia

El régimen fascista surgió en Italia influido por el descontento de nación derrotada y por la aguda crisis económica que padecía, provocada por la Primera Guerra Mundial. Italia había participado con cerca de 6 millones de hombres, de los cuales murió la décima parte.
El creador de Fascismo fue Benito Mussolini. El Fascismo fue un régimen autoritario, nacionalista, que centraliza el poder de una persona y es contrario a las instituciones democráticas.
Mussolini participó en el Partido Socialista, del cual fue expulsado por apoyar la partición de Italia en la Guerra Mundial. En 1919 fundó, los Fascio di Combatimento, grupo militar integrado por excombatientes, que reprimían a los movimientos obreros y al partido socialista.
En estos años los movimientos obrero y campesino se manifestaron de manera más radical al tomar las fábricas y las tierras bajo su control. Los industriales y los terratenientes se atemorizaron por estas acciones y apoyaron económicamente a los Fascios de Combatimento que los reprimiera.
En septiembre de 1922 las legiones de los "camisas negras", uniforme que portaban los Fascios de Combatimento, organizaron la marcha sobre Roma, para presionar al gobierno por la incapacidad de resolver la situación económica.
Esto obligó al rey al rey Victor Manuel III nombrar a Mussolini como primer ministro.
Mussolinini se designó "Düce" (caudillo) y estableció un gobierno totalitario. Creó al Gran Consejo Fascista que controló el Parlamento. Persiguió a sindicatos, partidos socialistas, prensa y a la iglesia. Suprimió las libertades individuales y el derecho de huelga. Controló los medios de comunicación y sólo permitió propaganda que exaltara el nacionalismo y el fascismo. A la educación otorgó un sentido militarista.
En los tres años siguientes, Mussolini abolió el sistema de gobierno ministerial y lo convirtió en u sistema totalitario, con un partido único que reducía la función del poder legislativo. La dictadura de Mussolini dio inicialmente buenos resultados en política interior y logró la reconciliación con la Iglesia Católica mediante los Tratados de Letrán en 1929.
En política exterior se anexó Etiopía (1935-1936) y la obligó a participar en la Segunda Guerra Mundial al lado de Alemania. Participó en la Guerra Civil Española y en 1939 anexó Albania.

El nazismo en Alemania

Al concluir la Primera Guerra Mundial, Alemania enfrentó la necesidad de organizar su sociedad, que se encontraba humillada y desmoralizada ante la derrota y sus consecuencias, como el pago concerniente a los daños de la guerra y subsanar las pérdidas territoriales.
El emperador Guillermo II renunció en 1918. Un año después se estableció la República con la Constitución de Weimar, que sobreviviría hasta 1933.
Durante todo ese tiempo, el poder republicano fue ejercido por una coalición de partidos socialistas y conservadores moderados.
Con el nombre de Partido Nacional-Socialista Alemán de los trabajadores, conocido como Partido Nazi, surgió en 1919, un movimiento fascista, encabezado por Adolf Hitler.
Hitler dirigió en 1923 una sublevación en Munich contra la República, llamada "putsch de la cervecería". Su fracaso lo condenó a la prisión. Allí aprovechó´para escribir un libro de gran influencia Mi Lucha, en el que expresa sus ideas políticas y sociales.
En él sostenía que la raza aria era la única que había contribuido, en forma notable, al progreso humano. Que la pureza de sangre definía las realizaciones y cualidades mentales de un pueblo.
Consideraba que las realizaciones de los judíos, por se orientales, no representaban a la nación alemana y, por el contrario, eran los culpables de los males que el país padecía. Con el tiempo, millones de judío fueron perseguidos y exterminados en los campos de concentración y crematorios nazis.
Hitler pensaba permanentemente en el resurgimiento del Estado Germano. La recuperación de una posición preponderante en Europa y en el mundo era, para él, una necesidad histórica a la que el pueblo alemán estaba destinado. Para eso Alemania debía transformarse en un Estado centralizado mediante el sometimiento de prensa, educación, radio, comercio y muchas ramas de la industria.
Estas ideas fueron propias de Hitler. Su pensamiento había sido influido por diversos autores: Fichte, con sus ideas de nación alemana; Wagner, con la predestinación de la raza superior; Gobineau, con su doctrina racista; Ratzel, con el determinismo geográfico; y Nietzsche con su teoría del superhombre.
Paulatinamente, el nuevo Reichstag (parlamento alemán) concedió a Hitler poderes ilimitados y la República se sustituyó por el Tercer Reich.
Hitler se otorgó el título de "Führer" (caudillo), se convirtió en la máxima autoridad e implantó un sistema totalitario.
El Partido Nazi, al igual que el fascista de Italia fue a poyado por capitalistas e industriales, para combatir a los partidos socialistas y al movimiento obrero.
Reorganizó el ejército con los grupos paramilitares implantó el terror, destacando la policía secreta o Gestapo, que eliminó a los opositores del régimen. Desconoció el Tratado de Versalles, impulsó la industria militar, controló los medios de comunicación, la educación y militarizó la sociedad.
Inició una política expansionista al anexarse Austria, la región de los Sudetes en Checoslovaquia y Polonia, con la que se desencadenó la Segunda Guerra Mundial.


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